Árbol de las mil estrellas o serisa común (Serissa foetida)
– Apreciado por la multitud de pequeñas flores blancas que aparecen en verano, de lo que le viene el nombre de Árbol de las mil estrellas.
– Posee un tronco tortuoso.
– Existen variedades con hojas variegadas de crema y verde o con bordes amarillos.
– Serisa tiene un sistema de raíces muy interesante, hecho que podemos aprovechar, liberando la parte superior de la masa de raíces y obteniendo una forma con tronco radical.
– Luz (Serissa, Serisa):
– Como en el interior de casa alargará los brotes nuevos de forma desmesurada y las hojas podrían amarillear, durante el verano, su situación deberá ser exterior, parcialmente sombreado.
– Temperaturas (Serissa, Serisa):
– No le gustan las bajas temperaturas, por lo que en invierno hay que protegerla del frío en el interior de casa o en un invernadero, con mucha luz y a temperaturas superiores a 12ºC.
– En zonas de clima mediterráneo, puede estar al exterior a pleno sol todo el año (cuidado con la insolación excesiva del verano).
– Humedad (Serissa, Serisa):
– Pulverizar con agua diariamente.
– En verano, se puede mantener un recipiente en una bandeja con piedras mojadas, pero evitando siempre que las raíces estén en contacto directo con el agua, así se consigue un aire más húmedo a su alrededor. Esto no se debe hacer durante el invierno.
– Substrato (Serissa, Serisa):
– Una mezcla adecuada consiste en un 50% de tierra de jardín, un 20% de mantillo y un 30% de arena de sílice o de río.
– Otra opción buena es 100% Akadama, o mezclada con un 20% de grava volcánica.
– Cuidado con el contenido de cal en la tierra, pues provoca hojas amarillas y débiles.
– Los substratos con mucha turba, debido al exceso de humedad que puede producirse por un mal riego, podría producir enfermedades (hongos en las raíces).
– Riego (Serissa, Serisa):
– Conservar siempre la tierra esponjosa, es decir, ligeramente húmeda, evitando que esta se reseque o agriete (tanto en el periodo de verano como en el de invierno).
– Debido a sus grandes necesidades de agua y humedad, un problema muy frecuente suele ser la podredumbre de sus raíces causada por hongos (Phytophtora), generalmente por exceso de riego en el interior donde la tierra se seca más lentamente.
– Este problema se soluciona fácilmente dejando secar la superficie entre riego y riego.
– Procurar un buen drenaje, comprobando que salga el agua sobrante.
– Abonado (Serissa, Serisa):
– Cada 15 ó 20 días, desde el comienzo del periodo de vegetación hasta la fase de reposo, utilizando abono líquido para bonsái.
– No es aconsejable abonar en los meses de verano, ni tampoco después del trasplante.
– Dejar de abonar en las épocas en las que detiene su crecimiento ya que es muy sensible a un exceso de abono (hojas amarillentas).
– No toleran dosis altas de abono, siendo esta una de las causas por las cuales sus hojas pueden amarillear.
– Poda (Serissa, Serisa):
– Al podarse desprende un olor nauseabundo, sobre todo las raíces, de lo que le viene el nombre de phoetida, fétida.
– Prácticamente deben pinzarse los brotes durante todo el año.
– La forma de hacerlo consistirá en dejar crecer el brote, para cortarlo después dejando uno o dos pares de hojas, cuando ya han aparecido 4-8.
– Eliminar todos los brotes de la base del tronco.
– Eliminar las ramas demasiado largas, manteniendo aclaradas las zonas más densas para ayudar a conservar su vigor.
– También es conveniente quitar las flores marchitas para favorecer una nueva floración.
– Si no queremos estropear la floración, hay que evitar pinzar de septiembre a octubre (meses del Hemisferio Norte).
– Para mantener compacto el árbol hay que proceder a una buena poda cada 1-2 años.